La injusticia es parte de la vida

A veces uno marcha por la vida intentando sonreír ante el dolor; echa mochilas de otros a sus espaldas aunque esta esté crujiendo; a veces como un buen payaso hace uno su papel y haces reír aunque estés llorando por dentro. Y aun así la vida no te sonríe. Como una mala amante te hace daño y penetra en tu corazón.

Sientes que estás jugando en un ajedrez, pero tú eres un peón, si más, donde  en el tablón del juego el rey se nutre de tu sacrificio para alargar su vida, y a su lado mantiene a su reina, a sus alfiles, a sus caballos y sus torres; atrás para que sean quienes actúen después de tu salida.

Ya has cogido pista para despegar, coges velocidad, y te enteras de que ese vuelo no es el tuyo, que pilotas una nave que no tiene regreso, y quieres abortar el despegue...pero estas ya en un punto de no retorno, el vuelo es inminente y con él tu futuro es pasado. Llevas pasaje y eso también cuenta para no pedir de nuevo pista.

Y los tranvías pasan, y perdiste el último.

Te felicitan has hecho tu papel en el teatro de la vida, aunque ya nadie sepa que has existido.

Jamás tus sacrificios serán reflejados en ninguna bibliografía de los poderosos.

Y entonces, te das cuenta de que la injusticia es parte de la vida, que esa vida es parte de ti y por consecuente...tu eres parte de la injusticia.

Pero ya no maldices, ni siquiera quieras pronunciar palabras, quienes te hicieron daño, se les recompensa y aun así, ya no te importa.

La vida te enseña que aunque tú no  estés en ella, la tierra gira. Y solo te queda, coger unas buenas botas y andar hasta que se acabe el camino. Y piensas que ese camino debes de estar acompañando solo de quienes te quieren de verdad, con  amor puro, sin condiciones.

El cielo es tan grande que una injusticia más no se nota, ya no te importa. A eso algunos le llaman resignación, y duele, por lo que ... prefiero la aceptación,

que ayuda a seguir y hace menos daño.